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Sor Juana Inés de la Cruz

¡Oh, vosotros que escucháis mis palabras, dejad que mi voz os hable desde el tiempo y el encierro que jamás logró callarme! Soy Sor Juana Inés de la Cruz, mujer de letras y razón, y a través de mis versos he plasmado mi pensamiento, mis tormentos y mi rebelión contra las injusticias del mundo. Sobre la necedad del hombre Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis. ¡Ay, cuán injustos sois, varones, que nos condenáis por lo que en vos mismos hallamos! Nos llamáis culpables de vuestras tentaciones, mas no veis que en vuestro propio espejo se reflejan las faltas que nos achacáis. Sobre el tormento del amor Este amoroso tormento que en mi corazón se ve, sé que lo siento y no sé la causa por qué lo siento. ¿Qué es el amor sino un cruel tormento? Mi alma arde en un fuego que desconozco, en un sentimiento que ni la razón comprende ni el corazón apaga. Sobre mi sed de saber ¿En perseguirme, Mundo, qué interesas? ¿En qué te ofendo, cuando sólo intento poner bellezas en mi entendimiento y no mi entendimiento en las bellezas? Decidme, ¿por qué me castiga el mundo por buscar la verdad? ¿Por qué se me niega el derecho de cultivar mi intelecto? No me hallaréis en el vano ornato de lo efímero, sino en la belleza infinita del saber. Sobre el amor idealizado Yo adoro a Lisi, pero no pretendo que Lisi corresponda a mi fineza; pues si juzgo posible su belleza, no juzgo a su esplendor correspondendo." No es el amor posesión ni exigencia, sino admiración pura. Amar sin esperar retorno es, quizás, la forma más noble de sentir, pues la belleza brilla más cuando no se intenta atrapar. Sobre la ilusión del amor Detente, sombra de mi bien esquivo, imagen del hechizo que más quiero." Si la realidad me niega el amor, que al menos la sombra de su recuerdo me haga compañía. ¡Oh, dulce engaño que consuela mi alma, no te desvanescas y déjame soñar! Ved en mis versos el testimonio de una mente que no quiso rendirse. Si en ellos halláis verdad o rebelión, si os despiertan duda o admiración, entonces mi voz ha cumplido su destino.